En una realidad donde las paredes parecen haber decidido «desaparecer» tras lienzos monocromáticos y piezas casi inexistentes, como si no estuviesen ahí, los cowboys de Justine Franco llegan como un salvavidas de color y personalidad. Sus obras, cargadas de capas y detalles que no se perciben en una sola mirada, nos recuerdan algo importante: lo bello no siempre tiene que ser discreto.
Quizá ahí esté el secreto de su éxito en Kave Gallery. Porque en plena dictadura de lo neutro, romper las normas es acertar. Cada trazo y cada sombrero desmesurado están ahí con una intención, inspirados en escenas de la vida de la propia artista. «Me inspiro en recuerdos y en mis propias vivencias, así que a veces la inspiración viene en cualquier momento o lugar,» explica.
Los cowboys como iconos de 2024
La fiebre western que ha inundado la moda y el diseño este año ha encontrado en Justine Franco a su mejor intérprete. Pero no hablamos del cowboy clásico ni de la estética de manual. Sus personajes tienen sombreros monumentales que parecen flotar, cuerpos estilizados como manchas abstractas y paletas de color que desafían las normas. Hay algo teatral en ellos, una mezcla entre nostalgia y modernidad, que los convierte en piezas únicas.
Los personajes que protagonizan la colección de Kave Gallery son el resultado de un equilibrio pensado entre lo figurativo y lo abstracto. Se intuyen siluetas, gestos y actitudes, pero lo que realmente domina es la atmósfera. Como si Justine hubiese capturado emociones en lugar de escenas: prisa, silencio, amor… Su arte habla sin palabras.
Pero la artista mallorquina afincada en Galicia no solo desafía las convenciones con su temática. La estructura de sus obras, plagada de formas irregulares y capas superpuestas, rompe con la perfección de las líneas rectas y nos invita a mirar dos veces. No, aquí no hay espacio para lo obvio.
Una casa sin arte no es una casa
Los cowboys de Justine Franco llegaron para quedarse, y su colaboración con Zara este mismo año así lo confirmó. La artista ha extendido su universo visual a una colección cápsula de ropa que traslada su particular lenguaje plástico al textil. Piezas que parecen sacadas directamente de sus cuadros: atrevidas, enérgicas y con ese punto sofisticado que tienen las cosas que no siguen las reglas.
El color como declaración
Uno de los elementos más llamativos de la obra de Justine Franco es su dominio del color. La paleta cuidadosamente seleccionada no tiene miedo al contraste: el negro convive con explosiones de azul, rojo o amarillo, generando un juego visual hipnótico. «Me gusta simplificar masas en formas elementales,» comenta la artista. Es su forma de abrazar el abstracto, eliminando lo innecesario para dejar solo lo esencial: el color y la emoción.
Este enfoque se traduce en obras que tienen vida propia. Los colores vibran y las formas, aunque irregulares, resultan equilibradas. Todo encaja de un modo inexplicablemente perfecto.
Kave Gallery nació precisamente para dar espacio a este tipo de propuestas: piezas únicas que respetan la artesanía y ofrecen algo exclusivo a tu proyecto más personal, tu casa. Tener un cowboy de Justine Franco es algo que aporta una capa más de información: sus obras están destinadas a durar, a ser miradas una y otra vez, y a contar historias distintas según quién las observe. Y eso, en tiempos de lo efímero, es algo que no tiene precio.