Molduras talladas, altísimos ventanales, tonos neutros… mires por donde mires, todo nos recuerda que estamos en la ciudad de la luz y el amor. Concretamente, en uno de los privilegiados apartamentos que rodean la Place des Vosges en el cosmopolita barrio de Le Marais. Donde, al parecer, el tiempo se detuvo a la luz de las velas de la Belle Époque. Ya hace unos días que aterrizamos en París, y quisimos celebrarlo en una belle soirée con amigos de la firma y algunos de los rostros más conocidos de la arquitectura, la prensa déco y el street-style francés.
Una suave melodía de guitarra y el agradable olor a flores frescas se encargaron de dar forma a una atmósfera de glamour y sofisticación, donde los muebles de Kave Home no pasaron desapercibidos. Ya fuese por las sinuosas formas de sus diseños, la sabrosa mezcla de sus texturas o los elegantes tapizados que los envolvían; lo cierto es que acapararon todas las miradas de las parisinas en una velada mágica.
Lejos de crear un contraste arquitectónico, el mobiliario de Kave Home se integró en el espacio de este antiguo edificio como una pieza escultórica más. Haciendo gala de aquel «menos es más» que tan bien identifica el estilo francés. Piezas refinadas, de cualidades atemporales, convertidas por una noche en auténticos objetos de deseo.
Las piezas que cautivaron a las francesas
1. La butaca, tapizada con elegancia atemporal
Cada pieza, seleccionada cuidadosamente por nuestro equipo de estilismo, contaba una historia única en el interior de este luminoso piso. Antigua residencia de la célebre arquitecta estadounidense -y pionera en la creación del concepto de mueble moderno- Florence Knoll. Y, más tarde, del artista sueco André (conocido como Mister A), que lo transformó en un escenario único en el que combinaba la estética parisina con toques audaces de colores vibrantes. ¿El objetivo? Fusionar el savoir faire francés con lo mejor de la esencia mediterránea. Creando un ambiente romántico y acogedor, donde piezas como la butaca Granite de chenilla marrón fueran capaces de robarte el corazón.
2. El sofá, blanco y con curvas
El sofá Martina, por su parte, parecía fundirse entre los ornamentos palaciegos y techos altos de este salón centenario. Con un diseño suave y redondeado, que navega entre los márgenes del clásico y el contemporáneo, abrazando el espacio como lo haría un monumento parisino. Una pieza icónica, con la dosis justa de romanticismo, que llegó para quedarse. Y hacer las delicias de los amantes del estilo afrancesado.
3. El diván, la joya de la corona
A falta de revestimientos de madera y parquet en forma de espiga, este céntrico piso contaba con una gran estantería donde colocar libros, reliquias de brocante y piezas de coleccionista de los anticuarios más famosos de la ciudad. Pocos objetos, pero bien combinados, con un denominador común: el gusto por los detalles.
Un rincón perfecto para mezclar estilos y colocar la joya de la corona; el divan Topaz. Una oda a la belleza y la influencia de las décadas pasadas, que ponía el broche de oro a la decoración de este simbólico apartamento parisino, en uno de barrios más bellos y antiguos de la ciudad. Donde se reafirmó, una vez más, el compromiso de Kave Home con la artesanía, la cultura y el legado del diseño.