Después de unas semanas de ajetreo constante, entre comidas e invitados, se cierran las puertas de la Navidad, dejándonos nuevos recuerdos y objetos inesperados que han ido apareciendo debajo del árbol en forma de regalos. Algunos, seguro, han sido todo un acierto. Pero otros, quizás, no los necesitabas o no te acaban de encajar. ¿Qué podemos hacer en este caso?

Además de sus infalibles técnicas de orden, Marie Kondo también tiene consejos prácticos para hacer frente a estas situaciones, y saber qué hacer con aquellos regalos que, al parecer, no les daremos uso. A veces nos podemos dejar llevar por primeras impresiones, pero la gurú del orden nos anima a darles una oportunidad para intentar salir de nuestra zona de confort.

1. Dale una oportunidad al regalo

Probablemente, quienes nos hayan hecho estos regalos se han tomado un tiempo preciado de su día para pensar en qué nos haría felices y, con toda su buena voluntad, han escogido lo que les ha parecido más acertado para nosotros. Marie Kondo nos anima a afrontar esta situación, abriendo el regalo en el momento que nos lo dan, quitándole el envoltorio y utilizándolo enseguida.

Puede parecer sencillo, pero si no te planteas darle una oportunidad, nunca sabrás si realmente te puede ser útil o te puede llegar a gustar. Como bien dice Marie Kondo, “el verdadero propósito de un regalo es ser recibido”. Así que, pruébalo, aunque solo sea una vez en la vida. Lánzate a nuevas experiencias, que es la única forma de descubrir nuevas aficiones y gustos, y el camino que te llevará a conocer cuáles son las cosas que te provocan alegría.

Caja plegable Tossa de fibras naturales. Creditos: Kave Home

2. Déjalo ir si no te convence

Pero el hecho de probar no quiere decir que tengas que seguir haciéndolo. También es posible que apuestes por darle una oportunidad a este regalo, pero no acabe de convencerte. En ese caso, es mejor dejarlo ir. Una vez lo has probado, no hace falta que sigas usando ese regalo si no te convence.

Al fin y al cabo, solo queda estar agradecido por el simple hecho de que alguien haya pensado en tu alegría. Y es que el verdadero sentido de un regalo es transmitir tus sentimientos hacia la otra persona, dedicándole ese tiempo en pensar en ella para buscar algo que pueda gustarle y le haga feliz. Y si se mira desde esta perspectiva, no hay motivo para sentirse culpable si al final ese regalo no acaba siendo útil, porque con lo que realmente te quedarás, es con la intención y la dedicación

Periodista especializada en estilo de vida y viajes, con experiencia en TV3, Tinkle y National Geographic España, donde actualmente también colabora.

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