Las cocinas rústicas nos encantan. En la montaña o en el campo, estas cocinas rescatan lo mejor del pasado, combinando la belleza de lo tradicional con todo el estilo y las comodidades del presente.
Esta cocina rústica, que hemos decorado con un toque clásico y campestre, brilla por su abundante luz natural y los encantadores toques verdes en los muebles. Los azulejos recuperados en el antepecho y el suelo añaden un aire artesanal y auténtico, creando un ambiente acogedor donde cada detalle cuenta.
Sin embargo, parte del carácter de “antaño” de esta estancia lo otorgan los accesorios: suaves textiles a cuadros, tablas y muebles de madera que suman calidez, y sillas de tela combinadas con hierro que añaden un contraste elegante. Incluso los accesorios de cerámica, con sus formas artesanales, enriquecen enormemente el espacio.
Así que, si crees que este estilo es lo que necesitas en tu casa, aquí te dejamos los detalles clave para que puedas copiar el look.
1. Textiles con encanto campestre
Los textiles juegan un papel fundamental en la creación de un ambiente cálido y acogedor en una cocina rústica. Un mantel como el Madremanya, hecho 100% de lino y con un diseño de cuadros en verde con borde blanco, es una opción ideal. Su estilo rústico y clásica a la vez, junto con sus tonalidades suaves, encajan perfectamente en este tipo de estancias.
2. La magia de la iluminación
La iluminación es clave en una cocina rústica, no solo por su función práctica, sino por el ambiente que crea. Lámparas de estilo vintage, como la Parlava en latón envejecido, aportan carácter y un toque diferente cuando se colocan sobre la isla o la mesa, rejuveneciendo el espacio y evitando caer en un estilo desfasado. Junto con la luz natural que entra por ventanas amplias, este tipo de lámparas te ayudarán a dar mucha luz y personalidad a tu cocinar rústica.
3. Un buen asiento en la mesa
Las sillas juegan un papel clave en el estilo rústico de esta cocina, y un modelo como la silla Doriane, hecha de madera maciza de olmo lacado en negro y asiento de tela, es ideal para añadir un toque elegante y natural. Su diseño combina lo rústico con un aire industrial sutil, como la lámpara, gracias a su acabado oscuro y líneas sencillas.
Junto a la mesa de madera y otros elementos de naturales, este tipo de sillas crearán un ambiente muy auténtico en tu cocina. Compleméntalas con detalles de porcelana blanca para lograr una estancia acogedora y 100% rústica.
4. La madera, clave en las cocinas rústicas
La madera es el alma de cualquier cocina rústica, aportando calidez y autenticidad. La podemos encontrar en elementos como las estanterías, las tablas de cortar y los utensilios. ¿Un ejemplo? La bandeja para servir Elissa, hecha de madera de acacia. En realidad, no hace falta abusar de este material noble; tan solo debes incorporarlo en pequeñas dosis para conseguir ese toque acogedor y campestre tan característico de las cocinas rústicas.
5. Elementos de cerámica para un toque artesanal
Un toque artesanal es fundamental en una cocina rústica, y las piezas de cerámica juegan un papel destacado. Opta por vajillas y accesorios en tonos tierra, con estampados florales o incluso en blanco, como el jarrón Palafrugell, hecho de terracota blanca. Su contraste con el resto del mobiliario lo hace destacar y añadir ese extra de estilo que le falta, en ocasiones, a las cocinas más tradicionales.